martes, 12 de enero de 2010

Por qué odiamos a Maná


Nunca he entendido cómo es que el grupo Maná es tan famoso y tiene tanto éxito.

Si algún mexicano va al extranjero y pregunta con qué músicos identifica a las tierras aztecas, seguro que le responderán "Maná". Es innegable la cantidad de seguidores por todo el mundo que tiene el grupo originario de Guadalajara, Jalisco. Millones de discos han logrado vender en 3 décadas de trayectoria artística. Tomando como base la ciudad de Guadalajara, y empezando bajo el nombre de "Sombrero Verde", Fher Olvera, los hermanos Calleros y Gustavo Orozco se lanzaron al siempre difícil mundo de la música. Después de cambios en su alineación, cambian su nombre por el de "Maná". Después de tantos conciertos, cumplen el sueño rockero de muchos, el éxito. A mediados de los noventa, toda América Latina se sabía las canciones de los álbumes "Falta Amor" y "¿Dónde Jugarán los niños?".

Desde entonces, las sospechas eran grandes. ¿Qué es lo que tenía de maravilloso un grupo cuyo estilo es muy similar a The Police? ¿Por qué abrían fechas en ciudades europeas con llenos notables?

Ojo, no nos hagamos tontos, el grupo no es bueno. También existe una gran cantidad de gente a la que no les gusta la música de Maná, que viene siendo como una especie de Bon Jovi mexicano. Si aquí mencionaba que la banda liderada por Jon Bon Jovi era un rock torpe dispuesto a complacer a oídos poco exigentes y a hermanas mayores, con Maná pasa lo mismo.
La banda jalisciense es rock para oídos que no buscan más allá de lo simple, fácil y radiable. Tal vez si otra bandas hubieran recibido el espacio y la difusión que ellos han tenido en tanto tiempo, las cosas serían diferentes, pero las cosas no son así. Si fueran más arriesgados, experimentales y variaran sus letras hacia otros temas, tal vez no estaría escribiendo este post sobre una banda tan poco original, muy sobrevalorada y nos guste o no, con un gran éxito.
En cambio, le han apostado por un dueto fácil con Carlos Santana. Fueron con Juan Luis Guerra a lanzar otra canción benévola con su público. Se comprometieron con causas lejanas a la música que peligrosamente los han alejado de lo musical, la fundación Selva Negra y esa desesperación por salvar a las tortugas. Manifestaban su apoyo al EZLN y después, se lo retiraron. Además, hicieron el ridículo lanzando el concierto "Unidos por la Paz", un bodrio que pasaron las televisoras gustosas de un espectáculo desabrido y ridículo que no concientizó ni a una mosca. Tan notable es la influencia de la agrupación, que incluso se reunieron con el presidente Felipe Calderón para "netearle" al tú por tú.
Por lo anterior, y muchas situaciones por las cuales no terminaría de mencionar, el grupo me parece un sobrevalorado, su fama es uno de los grandes misterios musicales que nunca comprenderé.

¿Cuándo me gustará Maná? Tal vez cuando logren salvar el mundo: nunca.

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