jueves, 25 de febrero de 2016

No hago propósitos de año





Así como lo lees. No me gusta escribir una serie de frases que probablemente no cumpliría.
Podría pensarse que suena mediocre de mi parte no actuar de la misma forma que todos lo hacen.

"Bajar de peso"
"Estudiar  para superarme"
"Cambiar de trabajo"


Son frases típicas cuyo resonancia es poca en mí.
No me malinterpretes. No tengo nada en contra de quienes sí elaboran sus propósitos de año nuevo. De hecho pienso que son muy positivos para la gente. El gran problema es que no aplican para mí, están contenidos en una estructura, vaya, una lista de cosas del "deber ser" que todo mundo hace y con las cuales yo no comulgo.Resulta que tengo otra manera de afrontar las cosas en las que ando mal.
Hago un repaso de cómo era el Beto de  diez, digamos, quince años atrás y recuerdo cuando hacía propósitos. Como los hace hoy todo el mundo. Nunca cumplía uno solo. O los cumplía a medias, si bien me iba.Algunos tardaron años en cumplirse. Otras cosas descubrí que simplemente no las quería.

¿Qué fue lo que hice?

Resulta que antes de empezar un año dejé de escribir propósitos.
Me sinceré a mí mismo y dejé que la vida me llevara. Para enseñarme algo.
Ahora solamente me propongo cambiar un solo defecto por año.
Cada vez enfrento algo nuevo y escribo únicamente la serie de acciones que creo conveniente realizar. Y  si tengo más de un año para corregirlo, me enfoco que hacer lo que se necesario para superarlo.
Contraataqué a mi mente hace años para llegar esta conclusión.
Sonará hippie. Sonará idiota. Sonará como tú quieres que suene. Hice algo distinto y funcionó.
Adopté otra estrategia: Planear metas pequeñas y claras para llegar a una sola que pudiera cumplir. Intenté al menos un hábito al día para lograr una transformación, el cambio que andaba buscando.
Entendí que no es lo mismo poner un simple "Cambiar de trabajo" a "Estudiar un posgrado para contar con herramienta tal y herramienta tal para cambiar de trabajo en tanto tiempo  y hacer los siguientes pasos... todos los días".  
Y a partir de ahí empecé a cambiar. A lograr muchas cosas que me propongo.


Resultados de no hacer propósitos de año nuevo

En un año pude vencer el miedo en general a muchas situaciones. En otro año fue abrir más mi mente y ahora intento despojarme del apego material.
Tendría que ser lo suficientemente terco para no hacer caso a lo que la vida me indica que tengo qué cambiar.
"Pon atención a esto, aquí la estás regando", si no actuó para vencer eso que la vida me está diciendo, el único que se engaña soy yo.
No es mi interés que actúes de la misma forma que yo lo hago para cumplir lo que sueñas. Solamente deseo que hagas lo que mejor te plazca. Lo que creas que más te funcione. Pero haz algo. Y si es diferente a lo que todos hacen, pues a meterle galleta.
Inténtalo. Al menos te quedarás con la experiencia.
Si quieres hacer lo mismo que haz hecho toda tu vida, adelante. Te repito, espero que seas feliz con tu decisión.

"Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo", dice una frase que  seguramente has escuchado y siempre se le atribuye al científico Albert Einstein.
Entonces si lo dice una persona a la cual admiro, algo ha de tener cierto en ello.

Por eso digo NO a los propósitos de año nuevo.