martes, 30 de diciembre de 2008

Crónicas: 2008, marchante o marchanta y sandwichón

Saludos a los tres lectores. Los únicos que leen, opinan y creo que se divierten leyendo este blog. Como sea, este fin de año, no pintó nada bien...por segundo año consecutivo no hay grandes motivos para alegrarme. Personalmente, el futuro a corto plazo permanece incierto. Siempre suelo hacer a fines de año, esos conteos de lo mejor del año en filmes que vi, libros que leí y discos que escuché. Sin embargo, el año aún no termina y la verdad casi estoy escribiendo aquí por instinto.

Dudas

¿alguien me podría explicar de donde salió la palabra "marchanta"? ¿qué realmente significa?
las mestizas de la región yucateca siempre pasan por las calles diciendo: "llévelo marchanta, llévelo reina", pero nunca he entendido qué quieren decir con eso. Dentro del mismo renglón gastronómico, ¿Dónde y cuándo se inventó el mentado "sanwichón"? ¿Han escuchado hablar de él?
Hasta donde yo sé, sólo se come en Yucatán. Esta comida consiste en varias capas de pan de sándwich blanco rellenas de crema de queso y entre una capa de pan y otra, hay jamón, cebolla y a veces tomate. He visto otras versiones de este platillo, que en vez de crema de queso, llevan queso philadelphia. Cada navidad tengo que comer dicha comida en la consabida cena navideña.


Gustos culposos

Como seguramente este será el último post del año, no quiero dejarlos con un mal sabor de boca como suelo hacer. Es por ello, que pongo uno de mis gustos culposos del rock argentino de los 80: Virus. Esta banda, fue un ícono del rock argentino, siendo una respuesta a la inminente caida de la dictadura militar argentina. En aquella etapa, muchos jóvenes argentinos fueron llevados a la estúpida guerra de las Malvinas (¿acaso habrá las que no son estúpidas?) y Virus era el soundtrack del naciente éxito del rock argentino. Muy queridos en el país sudamericano, pero casi desconocidos en el gran parte de América Latina, la banda liderada por Federico Moura escalaba hacia una carrera cada vez más ascendente. La desgracia los sorprendió y tras morir de SIDA su vocalista, Virus desaparece dejando huérfano al rock argentino y latinoamericano.
Para esta navidad sigan recordando con sus primos treintañeros los ochenta escuchando a sus timbiriches y recordando el ultrañoño Cachún Cachún, o sufriendo que sus familiares pongan el disco de garibaldi navideño (!horror, lo tuve que aguantar!). Mientras tanto, intentaré cargar el ipod o lo que sea, para recordar a la excelente banda, con la curiosísima y culpígena "Wadu-Wadu".

sábado, 27 de diciembre de 2008

Carlos Santana ya no es la gran cosa







De manera similar a la que Alejandro Lora interpreta a su “personaje” desde hace varias décadas, Carlos Santana con sus ropas raras y sus jaladas chamánicas, da más pena que admiración.

Mi animadversión por Santana y todo lo que le rodea surgió hace muchos años. Orgulloso yo que en aquel entonces un mexicano tocara la guitarra de forma tan virtuosa, que el país tuviera a uno de los pioneros en fusionar rock con ritmos latinos y que el mundo pudiera escuchar dos excelentes discos como lo son Santana (1969) y Abraxas (1970), terminé cayendo en una decepción. El músico que por años estuviera fuera de los reflectores, tocando con sus hermanos y siendo considerado un músico de culto, dio un giro a la inversa cuando apareció el disco Supernatural (1999). Este álbum le valió el más grande reconocimiento de su carrera, no por virtuosismo, o por originalidad e innovación. El disco lo entiendo yo como un parte aguas en la decadencia de la industria musical de los últimos diez años. Premiado con múltiples Grammys, llevándose los reconocimientos y la gloria, el nativo de Autlán, Jalisco nos hizo una gran tomadura de pelo al sacar una obra plagada de duetos con los artistas de moda de aquel entonces y perfectamente radiables (remember el dueto con Maná) teniendo un éxito inusitado. Al barbón de aditamentos en la cabeza le gustó el billete y repitió la jugada en Shaman (2002),Santana realizó una gran reinterpretación de su anterior disco. La trilogía del terror terminó con All That I Am, pero Santana continuó realizando basura.Dirán que exagero, pero entonces ¿Qué admiración puede causar en el público musical crítico el hacer duetos con gente de dudoso talento musical y sí oportunista como Jennifer López o Shakira?
Engañabobos, oportunista ridículo, pienso en él como un lamebotas de la industria disquera, que utiliza su imagen chamánica “new age”, para hacerse el interesante, aunque en el fondo, se cambie de religión como de ropa, sus solos en guitarra sean lo más aburridos del mundo y peligrosamente saca discos como si fueran un trámite para cobrar regalías ¿Dónde quedaron canciones como Jingo? ¿Dónde quedó la diversión en sus antes largos solos? Carlos Santana es uno de los músicos más paupérrimos y oportunistas de los últimos años, sus discos más recientes constituyen la prostitución de lo que alguna vez fue un gran músico y no son dignos de regalarlos ni a tu peor enemigo.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Los equipos más perdedores del fútbol mexicano

Decidí en esta ocasión, poner algo distinto: Los equipos del balompié que por una u otra razón, son considerados los peores, ya sea por sus numerosos ascensos y descensos o por su escasez de títulos en el fútbol mexicano. Son los que a mi consideración son los peores, basándonos en el número de campeonatos ganados y los decensos (que en si ya son un fracaso mayúsculo para un club). Hay equipos con apenas uno o dos campeonatos ganados , pero tomé en cuenta como a los que han participado en más temporadas y por ende, han tenido mayor oportunidad de obtener la corona de la Primera División Mexicana.

Atlas:
Importante generador de refuerzos en el fútbol azteca, el club Atlas de Guadalajara goza de gran popularidad en el país. Varios famosos han manifestado por su afición por este equipo, aunque pesa tras de si una larga loza de una fracasos. A continuación les explicaré el por qué:

El equipo ha tenido varios descensos, ocurridos en las temporadas 1953-1954 y 1970-1971. Más adelante, a pesar de tener como director técnico al experimentado húngaro Arpad Fekete, el club volvió a descender en 1977-1978. En la siguiente temporada (1978-1979), el club atlista ascendió y jamás han vuelto a descender. El único título del club en Primera División data de 1950-1951. Desde entonces, han sido dos veces subcampeones y luego de 57 años, están a la espera de otro título.

Veracruz:
Con toda seguridad, es el club más perdedor en la historia del fútbol mexicano. El equipo jarocho está acostumbrado a pasar tragedias. La más reciente fue el retornó a Primera División "A" luego del 2007-2008 con Miguel Herrera al timón. Anteriormente, había descendido con Juan Manuel Álvarez al frente en 1997-1998. También descendió en otras épocas en 1978-1979 y en 1951-1952 con un técnico argentino al mando. Fuera de dos campeonatos en los inicios del profesionalismo del fútbol en México (1945-1946 y 1949-1950), Veracruz jamás ha vuelto a ganar otro título o cuando menos, llegar a otra final. Llevan 58 años sin ganar un título de Primera División.

Tampico Madero:

Ascendió en 1958-1959, en 1964-1965 y en 1972-1973, como ciudad Madero. Ascendió en 1993-1994 como el Tampico Madero. Descendió en varias ocasiones, en 1957-1958, en 1962-1963 y 1966-1967. Como Ciudad Madero, bajó a la división de ascenso en 1974-1975 y en 1994-1995 como Gallos Blancos de Tampico Madero. Su único campeonato fue en 1952-1953, por lo tanto llevan 55 años sin ganar un título de Primera División y dos subcampeonatos a mediados de los 80.


Fuente: INVESTIGACIÓN PROPIA

Nota: Usted es libre de distribuir o copiar la información siempre y cuando se cite la fuente. El autor de este blog espera que le sea de utilidad. Gracias.

martes, 16 de diciembre de 2008

Crónicas: Gummy Bear

Hace como un año, recibí una intempestiva visita a mi casa. Era un antiguo cuate, el extraviado Gummy. Este personaje, a quien no veía hace años, es uno de los tantos con los que uno se encuentra a lo largo de la adolescencia. Un poco cambiado, pero básicamente el mismo, Gummy me invitaba a una exposición pictórica donde él participaba en beneficio del cuidado de los animales. Mientras platicábamos, recordaba qué había pasado con toda la “banda” de la cuadra donde vivíamos.

Después de platicar con el tal Gummy, me vinieron a la mente muchos recuerdos. Aunque últimamente he sentido “gacho” el paso del tiempo, y mirando atrás descubro que ya no estoy tan joven, me acordaba de aquellas tardes en que salía a vagar y poco estudiar (nunca me ha gustado), cuando podía escabullirme en otras casas y molestar a los vecinos, involucrarme en un sinfín de problemas (sin llegar a convertirme en un delincuente o algo por estilo) , sino más bien disfrutar esas tardes de juventud donde simplemente quieres pasarla bien, echar relajo y tomar tus propias decisiones independientes.

A Gummy lo conocimos en el típico parque que hay en cualquier colonia mexicana. Venía acompañado de un conocido de mi amigo Suárez. El acompañante (cuyo apodo que le impuse, no lo mencionaré por sonar demasiado grosero, para sus corteses ojos), hablaba como menso y tenía una nariz como de tractor (estaba más chueca que la de un boxeador) y sus nudillos tenían signos evidentes de cicatrices (sólo en una persona torturada había visto tales cicatrices).
Como sea, armamos la llamada comúnmente “retita” de básquetbol y tras un duro encuentro, les ganamos. El nariz de tractor se regresó a su jaula, perdón, a su casa y nosotros continuamos hablando con el tal G. Bear. Como les mencionaba, este personaje, traía sus “ondas bien acá locochonas”. Le entraba con fervor guadalupano a eso del graffiti y en una ocasión posterior, nos mostró sus cuadernos, todos llenos de dibujos y proyectos graffiti-artísticos que había aprendido gracias a sus andanzas con sus cuates de la escuela a la que asistía. En efecto, muchos de sus cuates eran “banda”, pero no grupo de amigos que hacían cosas tranquilas como los que yo hacía con mis amigos, como ver fútbol o jugar videojuegos, sino auténticos adolescentes dedicados a pintar bardas, pelearse con pandillas rivales y bailar el entonces poco conocido en Mérida, baile del “breakdance”.

De él aprendimos muchas cosas graciosas y extrañas, como los signos “cholos” y un estilo de pintar y dibujar bastante curioso. Ya se me olvidó el por qué dejamos de frecuentarlo. El gummy (en honor así porque uno de mis amigos dijo que se movía como “oso de goma”), una vez me devolvió mis discos con las cubiertas bastante fregadas, y a partir de eso, creo que nunca he vuelto a prestar mis discos a alguna amiga, amigo o familiar. Finalmente, clásico que todos crecen, aumentan las responsabilidades y dejamos de frecuentar al mencionado Gummy, a quien más adelante lo vi escupiendo fuego en un evento político. Por cierto, el éxito del apodo fue tan grande que todo el mundo empezó a llamarle así, a excepción de su familia. La verdad, no sé si todavía conserve el apodo, pero el otro día, mi hermano mencionó : oye, el otro día vi en la calle a gummy ...

sábado, 13 de diciembre de 2008

Mushroom, bienvenidos al mundo extraño de los Can

Una de las corrientes más extrañas y experimentales de la música rock es sin duda el Kautrock. Poco promocionado hacia el público masivo, este subgénero musical vio sus principales frutos en la entonces Alemania Federal. Con el devenir del rock progresivo a finales de los 60, el Kautrock surge el país teutón y empieza a captar seguidores. Lejos de ser un movimiento mundial, surge como algo muy local que combina avant garde, free jazz, psicodélica y múltiples grabaciones experimentales. Es iniciado por unas cuantas bandas, entre las más famosas destacan Tangerine Dream, Neu!, entre otras. La más conocida o afamada de ellas es los Can. Estos últimos, son una banda difícil de clasificar y con muchos discos, entre los que destaca Tago Mago, un clásico de culto y algunas veces, candidato a estar en los listados de los mejores discos de rock de la historia.
Incomprendidos, recuperados por la memoria colectiva de los críticos y conocedores, los Can, repito son inclasificables y tal vez por ello, es difícil que les guste a mucha gente. En mi opinión, esa parte es lo más atractivo de su música: lo rara, violenta y de gran influencia en miles de artistas. No aptos para cualquier público, puede llegar a parecerles en sus delicados oídos, una música fea y fumada. Para los que evitamos casarnos con un solo género, subgénero o estilo, la voz nos parecerá deliciosamente experimental, cruda y genial cortesía de la personalidad brutal de Damo Suzuki. Hijo de la globalización de aquella época, el extraño cantante de varias nacion alidades tiene una voz terriblemente caótica, desesperante y estridente a tal grado que he llegado a pensar que los Can son mejores que muchos de los “afamados” grupos de rock y música en general que sí han vendido millones de discos, recibido reconocimientos y nunca me han gustado tanto o no los considero tan buenos (¿les suena Pink Floyd?).
De todas formas, si la vida o el mundo se acaban, existirá alguien diferente, propositivo, que seguirá escuchando a los Can y seguirá sorprendido por algo como lo “Mushroom”:



martes, 9 de diciembre de 2008

"Eigthies", la canción por la cual Nirvana fue acusado de plagio

Killing joke es una de esas bandas injustamente olvidadas por el rock. Provenientes de un sonido oscurón pero pegajosísimo, estos británicos son muy conocidos en el Reino Unido, más no en Estados Unidos. Los Killing Joke gozaron de cierto éxito en la Europa de los ochenta y su fama en el mundo del rock permaneció por bastante tiempo. Después, canciones como “Eighties”, fueron opacadas poco a poco por nacientes géneros musicales como el “grunge”. Curiosamente, los Killing Joke demandaron a Nirvana, ícono de dicho género, por algunas similitudes sospechosas de “Come As You Are”, con la canción que precisamente hoy se presenta nuevamente, casi 25 años después en este blog: Eigthies.
De cualquier manera, retirarían la demanda por respeto a Kurt Cobain, quien fallecería poco después de la querella. Estemos de acuerdo o no, conforme pasan los años, la música de Killing Joke sigue escuchándose como vigente y ellos continúan reunidos. Usted juzgue.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Alejandra Guzmán irrita a los rockeros

Nunca he entendido porque una cantante como la “Guzmán” tiene tanto éxito. Falsísima como rockera, pésima cantante, canciones aburridísimas y un largo etcétera, me han hecho pensar que en México cualquier hijo de famoso puede hacerla, por más nulo que sea su talento. A pesar de tener como padre a Enrique Guzmán (un “rockero” ñoño que vive de sus únicos two hit wonders de hace 50 años) y en sus inicios se decía que sonaba más “ruda” que mucha gente, los discos de la hija de Silvia Pinal son de cualquier manera una experiencia tortuosa. Desde hace 20 años muy promocionada como joven, bella y salvaje, sufre de lo mismo que la mayoría de los artistas mexicanos con trayectoria padecen: el mismo sonsonete, acompañado de melosas canciones arguadentosas y ante todo, ni siquiera son divertidas. Además, su visita por estos lares es algo común, cada año viene. ¿Verla? ¡Guácala!

En mi opinión, siempre estará a la sombra de otra, que también es bastante mamila, pero al menos tiene rolas más divertidas: Kenny, olvidada wannabe-cyndi Lauper-mexicana que a diferencia de muchas cantantes rockeras provenientes de décadas pasadas, ella sigue rockeando, aunque no con grandes éxitos y virtuosas composiciones, al menos con pantalones. Por cierto, la Guzmán en un principio fue corista de Kenny: ¡Definitivamente esta vez el alumno no superó al maestro!

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Los Fracasos del fútbol mexicano XV Parte

Fracaso 41: Premundial Olímpicos 2000 en Hershey, California

Después de permanecer empatado con Honduras en los tiempos regulares y extra, 0-0, México perdería el pase a los juegos Olímpicos de Sydney 2000 en Australia. Esta derrota significaría el tambaleo en la segunda era de Manuel Lapuente como director técnico de los seleccionados nacionales y el de su auxiliar, Gustavo Vargas, como técnico de la selección sub 23. México nunca había contado con juveniles de tanta experiencia en un torneo de esas características, gracias a la participación de jugadores como Rafael Márquez, Ignacio Hierro, entre otros, sin embargo, el año 2000, quedó marcado con uno de los más grandes fracasos de alguna selección mexicana en cualquier nivel. México se quedaría con el tercer lugar del preolímpico como premio de consolación, aunque de todas maneras, quedaba eliminado del torneo de fútbol de los juegos olímpicos de Sydney. Había empezado el torneo con un empate 2-2 ante Honduras. Después respectivas golizas recetadas a Jamaica por 5-0 y 5-1 a Costa Rica vislumbraban que México pasaría a los olímpicos caminando. Un débil empate 1-1 con Guatemala devolvía el miedo pero este cesaría al ganar 3-0 a Panamá. Todos los miedos se manifestaron aquel día en Hershey, con el mencionado empate y posterior derrota en penales con el equipo hondureño. La despedida sería con un tercer lugar, acribillando a Guatemala con un 5-0, pero ¿para qué serviría? Si el mes de abril del 2000 se escribía uno de los capítulos más negros en la historia del balompié nacional.


Fracaso 42: Copa de oro 2000 “Los canadienses sorprenden a México”

Las copas de oro anteriores (1996 y 1998) habían servido para demostrar quien gobernaba sobre el área de CONCACAF. La crisis mexicana de resultados entre 2000 y 2001 fue evidente, y en esta copa, a pesar de ganar 4-0 a Trinidad y Tobago, México empata 1-1 con la débil Guatemala y tras una derrota 2-1 con Canadá luego de ir ganando, México es borrado en la peor copa de oro de su historia. Esto sería el fin de Manuel Lapuente al frente de la selección mexicana.