miércoles, 29 de noviembre de 2017

10 aprendizajes que he logrado en 10 años de escribir en el blog de Beto Basto

En 10 años muchas cosas han cambiado en la vida de quién escribe este blog. 
En estos momentos cumplo años. Para curiosidad de quién lea éstas líneas, entro más de lleno a lo que son los treintas.
Se supone que a los treintas la gente ya está logrando todo, especialmente en el aspecto material. No es mi caso, si ese es el rasero social con el que se mide la vida de cada persona. ¿Realmente importa?


2017, el año que vivimos peligrosamente

Concentrándonos en lo importante, no ha sido un año particularmente "bueno" para mí. Fueron 12 meses bastantes difíciles. Cada mes he tenido que enfrentarme a nuevos retos, problemas más grandes y situaciones fuera de mi control, en la mayor parte de los casos. Hasta que me di cuenta de algo.

En realidad mis problemas resultaban verdaderamente menores en comparación con la gente que vivió los sismos en México. Hay personas que se quedaron sin un hogar, un patrimonio u aún peor, sin vida. No estoy próximo a vivir alguna de las cuestiones anteriores. Entonces comprendí que podían que mis problemas podían ser más pequeños de lo que pensaba. Si has llegada a la parte de este texto, se supone que aquí va el clímax.
O donde las cosas se ponen emocionantes. Que de la noche a la mañana todo cambia mágicamente para el protagonista, como en las películas. Naa, lo siento, prefiero regalarte más palabras. Bueno, dicen que quien no vive para servir, no sirve para vivir. 

Es por eso, querido lector, que te regalo 10 puntos que aprendí en este año de mi vida, aprovechando que llevo 10 años de escribir en este blog. Espero que los disfrutes: 

Menos drama, más acción. Fácil sería que escribiera en Facebook o aquí todos mis problemas y dramas personales. Simplemente no soporto mucho del "ruido" del mundo actual y en más de una ocasión me he sentido tentado a compartir ciertas cosas o noticias como las hace todo el mundo. La gente se vive quejando en Facebook, usando WhatsApp para lo mismo y creo que eso impide que todos avancemos. Decidí que  lo que no me gusta de los demás, lo cambio en mi y paso a la acción, que me lleva al siguiente punto.

Templanza. En más de una ocasión, me han dado ganas de perder la paciencia. De gritar. Sin embargo, he aprendido que el mundo pertenece a los pacientes, a los estoicos, calmados y serenos. Y ahora, estoy mejor.

Constancia y enfoque. Me cuesta mucho tener cierta constancia en actividades que me gusta mucho. Uno de mis principales temores adultos es terminar haciendo puras cosas que deteste. Pero, ¿qué adulto no tiene ese temor? En estos días estoy de vacaciones y he podido detectar que en ocasiones me olvido de actividades que más me gustan y dan paz mental como leer libros, escribir, jugar.

Tener salud mediante hábitos. A donde voy, la gente me pregunta si hago dieta, o qué estoy haciendo para quedar visiblemente más delgado de lo habitual. La realidad es ni yo tengo idea y empiezo a medirme en algunas cosas por mi salud futura. Creo que me ven más delgado porque casi no consumo refresco, espero algún día dejar de consumirlo. Ah, y camino de forma constante.

Percepción sobre las metas. En 2016, escribí algo relacionado con que no realizo metas. Lo sostengo hoy en día. Esto puede sonar contra intuitivo para alguien casado con alguna filosofía de éxito. Hasta que la vida me ha enseñado en que también tengo que diseñar los pasos para lograr una cosa, iré directamente al país de nunca jamás.

Menos pasividad. Tropezones en este 2017 me hicieron darme cuenta que era muy pasivo. He dejado muchas cosas de largo, me arrepiento de otras....a final de cuentas soy humano. Pero el humano no evolucionó sin antes ponerse a explorar, a diseñar, a construir, actuar...

No tomar las cosas de forma personal. La persona que lee lo que escribo no tiene qué estar de acuerdo con mi forma de pensar. No, lector tampoco lo hago basado en ti o en contra tuya. Me encanta que le gente, poco o mucha que me lee, se le "mueva" algo en su interior. O que vea situaciones de la vida de otra forma que no habían pensado antes.

Largo plazo. Hace años perdía la paciencia fácilmente porque las cosas no salían a mi manera. O porque era muy quejoso. Tal vez era mi falta de madurez en ese momento. Alguien a quien admiro tiene una idea que rescato. Que en "trescientos años nadie va a hablar de ti si tu preocupación actual es el nuevo iPhone y el viaje exótico a Australia". 

Legado. Escribo aquí porque me gustaría dejar algo que a 10, 15, 20 años mis hijos, nietos, sobrinos pudieran leerlo y si algún escrito le sirvieran para aportar algo en sus vidas, pues yo estaré más que satisfecho.

Menos enojo. Me irritan muchas cosas de la vida. Me irrita la música de moda, ciertas actitudes de la gente. Y así podría seguir. Es fácil quejarse, lo difícil es hacer.
No es contenerse o reprimirse. Es tomar la vida de otra manera. Enojarse sí es permitido. Por cuestiones que valgan la pena.

Que  los próximos 10 años, los retos, los problemas y las broncas sean más trascendentales. Seguramente estaré aquí escribiendo otra lista de 10 artículos sobre lo que aprendí. O lo que se me ocurra. Para mí, será divertido.

Y tú, ¿qué has aprendido en los últimos 10 años (2007-2017)?