martes, 3 de febrero de 2009

Crónicas: una serie de pensamientos desafortunados

Estaba el otro día hablando tranquilamente con mis progenitores cuando mi padre me asaltó con el clásico:

- “Deberías enamorar a fulanita”-

Luego de escuchar una breve descripción muy favorable del porqué debería “enamorar” a fulanita, recordé la razón por las que en esta clase de temas nunca les pido consejos y donde estoy menos interesado de saber su opinión, al mismo tiempo que recordaba lo que hablaba mi hermano acerca de comprar un anillo de compromiso para casarse.

Por consiguiente, a mi torpe cerebro, accedía el pensamiento:

-Oye, chavo ya te estás quedando....-

Entonces, el peso del viejazo caía sobre mis hombros. Cual película cajeta con Jack Black o Will Ferrell como protagonistas, me sentía esa clase de personajes que ellos interpretan. Sí, esos que buscan seguir sus sueños guajiros de ser músico, artista o escritor…pero que siguen viviendo con sus jefes, sin pareja sentimental, cobardes, con el corazón en la mano izquierda y las vísceras llenas de coraje en la derecha.

Por consiguiente, vinieron una serie encadenada de pensamientos mal pex, pero tenía planeado asistir a una reunión donde me encontraría con varios amigos y amigas, la ideología mala onda fue bloqueada…por unas horas. Después, ya estando en mi casa, no podía dormir, imposibilitado de tomar vino tinto desde hace algunos meses (en casos de mi frecuente insomnio dicha bebida resulta muy efectiva), me regresaron esos pensamientos que golpeteaban mi cabeza:

-Hey chavo, te estás haciendo viejo-

-y tú ¿para cuándo?-

O el que me recetan mis tías:
-¿Dónde está tu novia, tus enamoradas? ¿Por qué no me presentas a tu novia?-.


En ese momento no tenía escapatoria. ¿Pastillas para dormir? Nunca las he tomado y ni pensarlo, al igual que el alcohol están entre lo que no puedo ingerir, según el médico. Cual mono de experimento, ahora tenía dolor de cabeza, sueño sin poder dormirme y pesimismo. Los tres combinados, si alguien que lee esto los ha experimentado, resultan letales para el físico de uno. Al final, tras una larga noche, pude dormirme, no sin antes, escribir una serie de cosas, que seguro me mantendrían ocupado el resto de la semana en mis ratos de ocio, cansarían mi cuerpo y mi mente de tal forma que me olvidaría los hechos virulentos del pasado, de mi desánimo actual y me concentraría en asuntos positivos, enérgicos y provechosos del presente.

Una semana después, tomo el cuidado de revisar detalladamente la libreta donde apunté las dichosas propuestas. Más olvidadas que la capacidad actoral de Heath Ledger antes de actuar en Brokeback Mountain y The Dark Knigth, estaban ahí sin haberlas cumplido, y entonces siguen ahí. Tal vez el próximo día de insomnio escribiré otras, sin cumplirlas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

escapate a queretaro o a donde diablos se te antoje

Anónimo dijo...

a ver, uno, a tu edad pensar que estas dando el viejazo es estar pensando con el clásico tradicionalismo de que debes tener novia, haber hecho cosas para que a los 30 estes felizmente casado y con hijos, que flojera! tendrias que ver las cosas como son, a tu edad uno apenas está adaptándose a todo, asi que planea un viaje, busca trabajo en otro lado y lanzate, haz algo fuera de lo que se puede pensar de ti y lanzate a tomar el riesgo...