martes, 24 de noviembre de 2009

Crónicas: ¡Ponte desodorante!

Ayer acompañé a un familiar a los bancos para realizar diversos trámites. Cuando andabamos por el último, me enfilé en la "cola" del mismo y enseguida me llamó la atención un olor evidentemente desagradable: el de una persona sin desodorante.
El tufazo de las axilas era evidente. Voltié a ver a mi alrededor y varias personas se aguantaban la respiración. La peste era tan grande, que mientras unos se aguantaban la respiración, los otros, exhalaban. Lo más claro es que nadie en la fila podía aguntar la pestilencia a la que eran sometidos.
De repente, mi ojos pararon sobre un individuo dos filas adelante de la mía. El sujeto era un tipo gordo, realmente obeso. Alto y que lo delataba su fodonguería. El chavo, que vestía playera, shorts y chanclas; parecía no haberse bañado desde la muerte del papa y las uñas de sus pies, aparentemente no estaban cortadas desde el pasado mundial de Alemania 2006.
Se veía, sentía y olía. El tufo estaba presente. Sin mucho por hacer, me concentré en el video de conciertos de Madonna que transmitían en la tele del banco en ese momento, mientras mis fosas nasales realizaban un esfuerzo casi sobrehumano para aguantar el "perfume" que emanaba de la marmota gigante cerca de mí.
Inesperadamente, el señor que estaba delante de mí, se volteó hacia donde yo estaba y murmuró en tono de queja un singular "put....ma...".
Mi reacción fue de risa loca, paliando un poco los daños que mis nariz sufría a causa del oloroso gorila que seguía ahí como si nada. El suplicio terminó cuando mi familiar me hizo una señal, fue hasta donde yo estaba y le dejé el lugar (yo sólo se lo estaba ocupando).
Después de salir de la institución bancaria,le pregunté si había tenido que aguantar la peste. A lo que me respondió : ¿cuál peste?

Como dato curioso, aquí en Yucatán, a las personas que les "ruge" la axila se les dice: "Niño, te huele el xic". En fin, qué cosas...

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