domingo, 5 de marzo de 2017

Queremos que todo se acomode a nosotros



A veces todo se ve más fácil desde la perspectiva propia.

Lo que pasa es que queremos que todo se acomode a nuestro horario.

Que el trabajo sea en un lapso de tiempo que nosotros queramos y en la ubicación donde escojamos.

La disponibilidad de los demás sea igual a las necesidades propias.

El dinero a los caprichos innecesarios.

Las creencias de los demás se adapten a nuestras creencias.

El sacerdote, maestro y servidor público hagan lo que esperamos sin fallos.

Que fulano o zutano realicen lo que a nosotros nos gustaría.

Que todos acudan a los eventos que hagamos.

Que nuestra familia luzca bien siempre aunque nos sentemos de frente sin nada que decirnos cara a cara.

Que tengamos creatividad cuando vemos/interactuamos/leemos las cosas con nuestra mente cerrada y pensando igual que hace un mes o hace una década.

Que la comida se haga como lo hacía mi abuela, mamá, tía o pariente...porque de esa manera, sí tiene buen sazón.

Que tengamos dinero pese a que vamos al casino, jugamos a la "suerte" o lo gastamos en cosas que no necesitamos para impresionar a gente que no le interesamos en absoluto.

Que al llegar al hospital nos atiendan de inmediato (no importando las urgencias de los demás).

Que tengamos espiritualidad sin dar amor a los demás porque eso cuesta trabajo y significa tragarnos el orgullo.

Anhelamos que nuestro cuerpo  se acostumbre a los hábitos que tengamos (aunque no sean los mejores).

Que podamos comer todos los chocolates, frituras, panes, picantes y toda la vitamina T(Tacos, tostadas y tortas), sin que tenga consecuencias en nuestro nivel de azúcar, colesterol, triglicéridos y presión.

Que los demás tengan buenos trabajos porque en eso se gana bien y tienen beneficios sindicales poca madre. Aunque sea algo seguro, pero odioso.

Que él o ella tengan un camino igual o similar al mío sin ponernos a pensar qué es lo que realmente desean profesionalmente.

Tener abdomen de cuadritos y brazos tan fuertes como los de un tenista profesional, sin despegarnos de la computadora.

Ver Netflix, Roku y demás sistemas digitales de televisión para acabar nuestra serie que está buenísima, pero al mismo tiempo tener espacios y momentos para nuestros emprendimientos.

Que nos cobren menos en tal o cual servicio, porque somos bien buena onda y nos merecemos todo en la vida.

Que el negocio o lo que sea que estamos vendiendo salga siempre a nuestro favor.

El horario de sueño de nuestros hijos, a nuestro horario de descanso. Ah, y sin hacer ruido por favor.

Queremos, Anhelamos, Corregimos. Porque el mundo así está bien. Porque el mundo así debe estar bien. Como nosotros lo vemos. Como nosotros lo pensamos.

Lo que pasa es que no hemos aprendido que para recibir primero hay que dar.

La realidad va más allá de controlarlo todo. ¿Para qué hacerlo?

Y una vez que entendamos esto, podemos vivir sin controlarlo todo.

En paz.

No hay comentarios: