Debo confesar que la primera vez que escuché a los Volta, me gustaron mucho. De hecho se me hacen buenos, pero tengo que admitir que hay muchos grupos en el mundo muy superiores. Si hay algo molesto son sus pretensiones, su dichosa mística parece más un aprovechamiento de las supuestas circunstancias (o debo decir coincidencias estúpidas) en las que graban sus discos. Siempre hay algo raro: que si murió su ingeniero de sonido, su cuate místico se suicidó, que si uno de sus músicos enloqueció u otro también murió…y ahora nos salen con la actitud mamila que “jugamos la ouija” para componer su último disco. Háganos el favor, hechos musicales y no palabras “místicas” cuentan. Musicalmente hablando, pienso que están lejos de ser la octava maravilla. Como decía alguien, creo que el editor de la mosca Hugo García Michel: “serán buena banda para los que no han escuchado a Eric Johnson, los primeros discos de Carlos Santana, el Pink Floyd de Sid Barrett, Led Zeppelin y Rush”. Definitivamente no podía estar más de acuerdo. Bixler y Rodríguez López me parece que son un par de músicos pretenciosos que le ponen títulos todavía más pretenciosos a sus canciones para un público que se alucina con su mística mamila y sobrevalorada.
No se pierdan la siguiente edición de sobre valoraciones, donde hablaré de Manu Chao.
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