Gran olvidado en el escenario mundial de la música, el rock hecho en sudámerica ha pasado desapercibido en su existencia. Fuera de su territorio y de México, en el resto del mundo la fama de los grupos es limitada. Contadas son las excepciones. Bandas de Argentina, Brazil y Chile han dado mucho de qué hablar, pero de otros lugares, ni sus luces.
Es por eso que resulta gracioso hablar de Los Saicos. Originarios de Perú, un país que es conocido en el mundo por las ruinas de Machu Picchu, el futbolista Teófilo Cubillas y el nefasto gobierno de Alberto Fujimori, parió a uno de los grupos más vanguardistas para el rock hecho en hispanoamérica en los sesenta. Los Saicos era su nombre y tocaban géneros que abarcaban desde un primitivo rock and roll, el garage y el proto punk.
"Echemos abajo la estación del tren...demoler,demoler...", así continuaba la rola que se erige como el himno del punk peruano. Por esta misma razón, para muchos es la primera canción de punk en el planeta (un título que comparten con The Trashmen y su clásico "Surfi'n Bird", que salió un año antes). Comos sea, el rock no distingue nacionalidades, credos o ideologías. Será siempre música de libertad y diversión. En cuantas cocheras de casas en todo el mundo no se estará produciendo el sonido más original, más rockero e hipnotizante de nuestros oídos, los cuales tal vez nunca los escuchemos. Terminarán en el baúl de los recuerdos de las canciones de rock olvidadas por el tiempo.
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