Nunca he entendido qué tiene de divertido saber de la vida de una persona conocida como socialité. Por lo que comprendo, es una persona conocida por sus habilidades para relacionarse socialmente dentro del mundo de las celebridades. Otros dicen que socialité es una persona con clase: no es tener dinero, sino saber vestirse; sabe un poco de todo y nada de mucho. Combina igual otras virtudes como estilo de vida, el cómo ordenen su casa y varias más. Aún así, continúo sin entender porque la sociedad admira a esta clase de personas. Tal vez despierten envidia, admiración o seguridad, de las cuales carecen las personas que no son consideradas como socialités. Especialmente si uno de los modelos de lo que es una persona socialité recae en un personaje de la farándula como Paris Hilton.
A mi en lo particular, nunca me ha llamdo la atención ser un socialité. Creo que estoy lejos de serlo. En el transcurso de mi vida, en donde me he parado, siempre he quedado como raro, antisocial, extraño, tímido, una incógnita y en el peor de los casos, loco. Saludos a todos los socialités que visiten este blog, si es que ello no implica perder la elegancia o el qué dirán.
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