¿Nunca les ha pasado que van a un lugar y de repente hay una persona que enseguida no les simpatiza?
Viejo, doña, niño, puberta o lo que fuese, siempre existe cerca de nosotros ese ente humano que no podemos tolerar cuando vamos a hacer la "cola" en un banco, en el transporte público o simplemente cuando se anda en la calle.
Esto lo preguntaba porque el otro día me topé con un señor que durante todo el camino no paraba de hablar y decir estupideceses. Su plática era tan divertida como un dolor de muelas.
El individuo hablaba por celular en el momento que nadie debe hacerlo, le sacaba plática a la persona que estaba a su lado, quien mostraba un interés escaso de lo que decía el señor cacatúa. A quien no podía evitar escucharlo y yo necesitaba unos micrófonos para tratar de no escucharlo.
Puede ser por vibra, molestia o que sé yo. Dicen que las cosas que más nos molestan de las personas son las que más nos molestan de nosotros mismos. Así como Don cacatúa hay miles de personas por ahí, en el trabajo, familia que nos tiente a ponerle un bozal en la boca, borrar su presencia o simplemente, evitarlo.
lunes, 5 de julio de 2010
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