¿Por qué el Cruz Azul no gana campeonatos?

Actuales bi subcampeones del fútbol mexicano, nunca he entendido porque la famosa “máquina” tiene tantos aficionados.
Condenados a jugar bien, avanzar a liguillas pero nunca conseguir campeonatos, el equipo cementero es un gran reflejo de lo que es nuestro fútbol: mucho espectáculo, faramalla, pero pocos triunfos. Viviendo de glorias pasadas como suelen hacerlo algunos equipos del soccer azteca, los cementeros tienen un solo título de liga en los últimos 30 años.

Atrás quedó la época “dorada” del equipo en los setenta, cuando arrasaban con muchos títulos y la afición crecía como la espuma, llegando a ser considerados como “la máquina”.

Ahora, al igual que el América, dicho equipo se ha convertido en una mentira para si mismo y sus aficionados. Por décadas han tenido grandes contrataciones, la mayoría de argentinos y de jugadores que tienen buen nivel o elementos que llegaron a la selección mexicana pero con resultados para morirse. Entonces, ¿qué les hace falta?

Sin ser un completo experto, mago, pero si un simple aficionado de las estadísticas del balompié, considero que Cruz Azul ejemplifica lo que es el cáncer deportivo y político mexicano, las decisiones de los hombres de pantalón largo.

Con los directivos y hermanos Alvarez como sanguijuelas que se han “chupado” a todo el equipo, nada se ha logrado. Les han extraído toda la sangre y el sudor de aquellos que aman a su equipo como a su jefecita, que son capaces de gastar lo que fuera como contratar sky o pagar los insultantes precios de los revendedores, de poder estar cerca de sus triunfos y sus campeonatos.

¿Pruebas? No necesitamos muchas. La cicatriz de hace un lustro parecía haber sanado. Esa de aquel mes de marzo de 2003, cuando la directiva despidió a todos sus jugadores titulares y decidió prescindir de los servicios de Mario Carrillo, el entonces técnico azul. Si todo esto había pasado, qué jugarreta más podría sucederle.

Tiempo después, el equipo es eliminado de una temporada en la liga, por alineación indebida de un futbolista que reincidió en el dopaje. Los directivos eran conscientes y decidieron alinearlo. Sólo faltó que los dirigentes fueran a la casa de los aficionados para escupirles en la cara. ¡Creo que eso ya lo hicieron! ¿Qué nueva e insultante historia darán los cabecillas de la gerencia cruzazulina?

¡Pásele señores a ver el espectáculo de humillación a uno de los equipos tradicionales del fútbol mexicano! ¡Observe como tiran aficionados al agua, lucran con el deseo de los fanáticos y hace trizas el palmarés de una de las instituciones futbolísticas más queridas de nuestro país…!

¿Cuándo y cuánto aguantarán los seguidores del club las ineptitudes de unos cuantos?
P.D.: Conste que el ejemplo de esta escuadra tal vez podría repetirse de forma similar en las otras 17 organizaciones que compiten en primera división.