viernes, 20 de marzo de 2009

Los libros que he dejado de leer

En los medios de comunicación siempre se escucha o ve qué libros ha leído uno, como si fuera un concurso de belleza, resultando en una presunción tonta y de mal gusto. Mirando la otra cara de la moneda, ¿quién no recuerda los libros que uno ha dejado de leer? Aquellos que ya sea por pereza, falta de ganas, tiempo y circunstancias, uno mismo abandona su lectura para otra ocasión o en el peor de los casos, simplemente los deja para nunca volver a leerlos. He aquí algunos ejemplos de libros que el autor de este blog jamás terminó y las razones de su truncada finalización:

“Diario de un genio”, de Salvador Dalí. Nunca leí en una obra tanta vanidad, locura, egocentrismo mezcladas con aburrición. El increíble pintor español siempre quiso ser escritor pero en definitiva, esta actividad nunca se le dio. Leer a alguien tan centrado en su persona y fama como Dalí escribiendo su diario, es tan divertido como ver la programación de tu ventilador. No leí la mitad y lo devolví a la biblioteca. Un libro que muestra lo extraño que era (“de pequeño, quería ser cocinera...” narraba en uno de sus párrafos), o tal vez charlatanería propia (hay otra parte donde fantasea con las carnes de Hitler), definitivamente sólo vale la pena revisar su obra como pintor.

“El señor de las moscas” de William Golding. Una obra similar a la historia de “náufrago”, “la Isla de Gilliam” o la serie “Lost”, sin embargo la principal diferencia era que los individuos perdidos eran niños tratando de sobrevivir en una isla. No recuerdo porque lo dejé de leer, intenté retomarlo varias veces hasta que por una razón que no recuerdo, devolví el libro y busqué otro.

“La guerra de los mundos”, de H.G. Wells. Un clásico de la literatura de ciencia ficción. Sin embargo, lo tomé prestado para leerlo en unas vacaciones de pascua y aunado a otros libros que tenía en ese momento, aplacé su lectura durante un tiempo…hasta que lo devolví sin haber llegado a la mitad.

“Los versos satánicos”, de Salman Rushdie. Proveniente de uno de los escritores más polémicos y perseguidos por los musulmanes, asocio la lectura de “los versos…”, como un atentado a mi diversión.
Este mamotreto más largo que la muralla china, cuya lectura fue tortuosa, no llegué ni a sus tres cuartas partes. Terriblemente aburrido y excesivamente sobrevalorado, me hizo pensar que Rushdie sirve más como rockstar que como autor, como “figurita” de intelectuales engañabobos que como un autor que valga la pena leer, estrella de medios que se han dedicarlo a lamerle las botas. Rushdie es para mi gusto, uno de los mitos más grandes de la literatura contemporánea. ¿No habrá hecho brujería para obtener tal fama?

“El castillo”, de Franz Kafka. Pese a estar escrito por uno de mis autores favoritos de ficción, a este libro nunca le encontré pies o cabeza. Un par de ocasiones intenté leerlo sin éxito. Nada comparado con las obras maestras que el mismo escritor checo escribió.

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