
Siempre he pensado mal de quienes de chutan las ceremonias enteras, no tienen nada mejor qué hacer. No me emociona ver los shows. Ni tampoco los cantantes. Mucho menos ver los números cómicos que están supuestamente improvisados, ni los ya programados. ¿A usted realmente le divierte ver a la decerebrada Katy Perry cayéndose sobre un pastel? ¿o a un par de cómicos gringos hacer un número idiota?
En lo único que realmente confío son los concursos. Aunque como en todo, siempre habrá una parcialidad hacia una tendencia o simpatía por una persona, los organizadores cuando menos se preocupan en buscar gente que tenga una idea de lo que se concursa. Sin embargo, también ahí en ocasiones hay amiguismos y arreglos...
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