viernes, 10 de julio de 2009

¿Por qué se le da tanta importancia a al gente muerta?

Nunca he entendido la fascinación que existe por las personas muertas. Especialmente si éstas son famosos. Cuando se muere alguno, ya es normal que los objetos relacionados con él o ella aumenten su valor. Camisetas, gorras, discos, videos y objetos inútiles que terminan rayando en lo absurdo, como la última servilleta donde se secó o un pan francés cuya forma es similar al personaje, terminan como objeto de intercambio. Generalmente, son vendidos en mucho dinero. Fans o no, arrasan con todo a su paso. Endiosan y terminan rindiéndole un culto desproporcionado.

Para esos fans from hell, la fecha de nacimiento es la más importante. Es un aniversario para sus seguidores. Igual algunos lugares. Por ejemplo, En el cementerio Père Lachaise de Francia descansan varios famosillos . Graceland es el lugar mítico de Elvis. El edificio Dakota de Nueva York, es el lugar del culto a John Lennon y Neverland en California, es el territorio ideal para los adoradores de M. Jackson.

A pesar de lo anterior, sigo sin entender el por qué se reconoce más a alguien cuando está muerto que cuando esta vivo. Podría ser fanatismo o esa sensación de vacío que ya no está quien traía su presencia en todas partes. De cualquier manera, siempre me ha molestado que se adore sólo por el hecho que ya se fue al más allá. Por ejemplo, cuando falleció el actor Heath Ledger, pocos lo pelaban y sólo lo recordaban como un pelele que salía en la película "10 cosas que odio de ti" o el vaquero gay de "Secreto en la montaña". De ahí ni lo pelaban, pero cuando se despidió de la vida terrenal, todos halagaron su actuación como Joker en Batman: The Dark Knight. También con Selena Quintanilla, que ya era algo famosilla como cantante en Estados Unidos, pero una vez fenecida, valía oro y recibió una atención que ni de broma alcanzaba cuando estaba viva. De repente todo mundo conocía sus canciones y enseguida fue nombrada como la "Reina del Tex-Mex". O el ridículo y extremadamente sobrevalorado Pedro Infante, favorito de mexicanos cursis y tal vez, adocenados.

Igual pasa con escritores, artistas plásticos o cineastas de culto. Muchos de ellos son unos Don Nadie, sin alguien que les haga caso cuando existen, pero una vez que la calaca les pasa la factura, sus obras adquieren un valor impresionante. Entre más sé, menos entiendo, ¿Quién los comprende?

1 comentario:

Rocker World Citizen dijo...

Totalmente de acuerdo.
Del caso de Pedro Infante y sus infumables peliculas de cantaleta e insufribles como las de "joselito", no es más que un falso símbolo de "la epoca de oro" del cine mexicano inventado por Televisa y que aun se creen muchos atarantados.
salu2