Desde que era niño, una de las situaciones que más me cuestionaba era la gente que siempre andaba presumiendo a sus tíos. Hacías algo, se lo contabas a alguien y enseguida esa persona te restregaba que eso no era nada, que su tío todo eso lo hacía mejor que tú y era mejor. Pobre de aquel que intentara cuestionar la vida y obra del superpoderoso tío del chavito, amigo (a), etc.
Situación típica: Iniciabas una plática con alguien sobre determinado tema y no faltaba el que te presumía que su tío era un hombre rico que tenía caballos, un yate más grande que el de Rupert Murdoch, diez ovejas, cinco tigres de bengala y tres animales exóticos. A veces la descripción era diferente y decían que el tío era un hombre culto, más aventurero que Indiana Jones y más astuto que el Chapulín Colorado.
De acuerdo a la descripción que me daban, en mi pequeña mente infantil me imaginaba que el pariente de aquella persona era alguien como Rico Mc Pato, Johnny Depp y Richard Branson en uno solo. Millonario, galán e inteligente.
Al ir creciendo fue cuestionando más éstas ideas. Llegué a la conclusión que si su pariente era el eslabón perdido o aún mejor, un Iron Man región cuatro, pues la personalidad del tío era superior y mucho más interesante que él mismo amigo u conocido que recién conocía.
Si el pariente es un dechado de virtudes, ¿para qué conocerte a ti? mejor voy con tu tío y me explicará todo lo que necesito saber.
Con este tipo de pláticas, no me refiero a una breve mención a un tío. Me refiero a las personas que gastan un buen de tiempo explicando las virtudes de su parentela.
Ya más grande, lo entendí. La gente que presumía demasiado a sus tíos con el fin de apantallar tenía problemas en su interior. El buscar reconocimiento a través de la parentela no es algo sano.
Hablar de los tíos y los parientes puede resultar muy agradable y enriquecedor cuando es alguna anécdota curiosa o humorística, algo que enriquece una conversación o para explicar lo que intentamos decir. Si la conversación no cumple con lo anterior, comentar de ello por más de 10 o 15 minutos, me parece una exageración, presunción.
Si alguien que lee esto es consciente de ello, mejor permítenos conocer lo chingona o desastrosa que es tu vida...¿quién eres? ¿qué haces? ¿qué puedo aprender de ti?
Propongo que agradezcamos a nuestra parentela en privado y asunto acabado. Total, el tío puede "vender su imagen" por sí solo. Si es tan fregón, ¿para que necesita tu ayuda? ¿acaso eres su relacionista público? Suficiente es su personalidad desbordante para que uno moleste a la gente con la frase típica : "Eso no es nada. Yo tengo un tío que....".
Pero, ¿quién soy yo para decirte qué hacer y qué no?
Por eso dejemos de promocionar a la parentela y hagámonos fuertes nosotros mismos. Cambia el chip. Piensa diferente. Actúa.
Si presumes tanto a tu tío, ha de ser Robert Downey Jr...mira este video cuando regala un brazo biónico 3D a un niño que lo necesita.
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